BOLAS QUE SE CORREN

“Es como si no tuvieras bolas", comenta un fanático de los boxers de los Hermanos Estebecorena. ¿Cómo es esto? Algo así: hace dos años que los diseñadores de indumentaria e industrial, Javier y Alejo Estebecorena, agregaron a su línea de ropa masculina unos calzoncillos que lograron derribar el mito de que sólo las mujeres pueden hablar de ropa durante una hora. Ahora los hombres también comentan las comodidades de los Boxers sistema H y se los recomiendan entre ellos. Según Javier Estebecorena, todo comenzó con el hallazgo de la máquina italiana Seamless (sin costura) y después de una investigación que duró dos años elaboraron un producto que logra diferenciarse de los hasta ahora conocidos boxers y slips: “Nosotros nos dimos cuenta de que en realidad el lugar donde vos más contorno necesitás por...los atributos de género...es donde menos tenés porque es el punto más alto del corte del boxer estándar, que es vertical porque los fabricantes de estos calzoncillos fabricaban medibachas para la anatomía femenina. Entonces cambiamos el corte por uno horizontal que permite una mayor distancia entre las piernas. Eso hace que haya más espacio entre los genitales. Es como apoyar una naranja al filo de un cuchillo o una canasta. Dolorosa metáfora”. Por otro lado, el hecho de que se acorten las piernas hace que se ajuste y “no se escape nada”, dicen. Los HE explican su sistema en términos del analfabeto: el cuerpo del hombre es más parecido a la letra H que a la letra V, y así se evitan, parece, ciertos problemas típicamente masculinos: “Está el que los usa totalmente sueltos, de tela, y el que los usa totalmente ajustados, al cuerpo. Éste tiene problemas fisiológicos graves. Los testículos tienen que estar separados del cuerpo. Buscamos un intermedio entre las dos posiciones. Que quede al cuerpo pero que no apriete. Los que usan calzoncillos más sueltos tiene que “cargar a la izquierda o a la derecha”, de un lado a otro de la V. O si no, usan los ajustados y con eso no tienen que cargar nada. Lo que hicimos nosotros fue ponerlos en un lugar posible”, explica Alejo, quien al igual que su hermano, es docente de la Universidad de Buenos Aires, donde ambos se graduaron. En el prospecto de los boxers de espacio Sistema H se explican otras características de estos calzoncillos que tanto entusiasman a los hombres: elástico fino en grosor y ancho, en lugar del finito y filoso que deja la piel violeta o del gordo que aumenta un talle en el pantalón. Además, bandas laterales de retención y sólo una costura plana en toda la prenda. Los boxers no son el único invento de esta empresa familiar: también patentaron las Medias Sistema Y. Tienen un elástico que rodea al talón para que funcione de anclaje y no se caigan, aun en su formato de verano (corta para que no se vea con pantalones cortos). Pero los Hermanos Estebecorena no sólo sorprenden por este tipo de prendas, que ya están exportando. Sus desfiles tiene un estilo que se distingue del resto de las propuestas de moda en vivo. En la última semana de la moda porteña, presentaron su colección de una manera particular. Primero proyectaron un video que mostraba a un chico caminando por distintas zonas de Buenos Aires, reconocibles por indicios más sutiles que trillados. Después, irrumpió en la pasarela un hombre que empezó a hablar de la inseguridad. Se quedó en el frente, mientras los modelos desfilaban y, en algunos casos, lo atacaban. Pero el tipo era un experto en defensa personal y siempre ganaba. Fue controvertido y generó cierto clima de extrañeza, del que los hermanos parecen estar orgullosos: “Era un desfile de miedo, para pensar. Estamos explorando un montón de recursos y situaciones que son nuevas, con nuevos recursos audiovisuales. A nosotros nos interesa experimentar con la gente en la escena. A la gente que lo va a ver le pasan cosas. Lo mismo que pasa en el local con las medias. La idea es generar otros climas”, explica Alejo que, como su hermano, hace ocho años que no tiene televisión. Dicen los dos que no siguen las tendencias de las revistas internacionales, que no les interesan. No es casual que se hable tanto de ellos. Fue una de las primeras casas que se mudaron a Palermo (El Salvador 5960) y siempre mantuvo una propuesta personal. Prefieren no evaluar el diseño argentino en casos particulares y remarcan que ahora el de diseñador es un oficio mucho más instalado y que la calidad del producto en general es mejor que hace unos años. “Y sí...hay muchos locales en Palermo, y está bien. A lo sumo será un Warnes del diseño”, dice Javier. Y Alejo agrega: “Siempre hablamos del efecto Warnes: si vos tenés un local de ropa y al lado te ponen otros, vas a ganar más. Al principio cuesta, pero cuando empieza a funcionar es energético. Vienen más porque hay opciones. Y después que la gente elija. La gente es mucho más inteligente de lo que se supone. Puede discernir y encontrar, porque cada uno hace su propuesta”.
Natalí Schejtman
Revista TXT.